Terminado
el abrazo, ambos se sentaron en la grama bajo sus pies.
-Y
dime, Andrea –comenzó a hablar-, ¿qué estudias?
-Literatura
y arte dramático –sonrió-. Supongo que tú estudias agronomía.
-Es
lo que siempre quise estudiar –le devolvió la sonrisa-. Y si no recuerdo mal,
estudias lo que siempre quisiste estudiar.
-Estás
en lo correcto. Siempre quise ser actriz, y estoy a solo un año de serlo.
-¡Oye!
Vamos igual. También me falta un año para terminar la ingeniería. Creo que al
final, ambos conseguimos lo que queríamos.
-El
que persevera, alcanza, ¿no?
Ambos
sonrieron.
-Aaron,
creo que ya tengo que irme, de verdad. No quiero llegar tarde.
-Bueno,
no te preocupes… igual mis clases comienzan dentro de poco, ya tengo que irme.
Ha sido lindo encontrarnos de nuevo. Ha sido lindo verte.
-Igualmente
–estrecharon las manos, y después de intercambiar unas pocas palabras, ambos se
fueron por su camino-.
-*-
Aaron
no podía quitarse a Andrea de la cabeza. Nunca había podido hacerlo, y estaba
seguro que probablemente nunca podría hacerlo. Ella había sido su novia durante
dos años, y era la relación más larga que había tenido desde siempre. También
fue la primera novia que tuvo, su primer beso, la primera vez que agarró a
alguien de la mano, etc. Ella siempre significaría algo para él. No podía él
borrarla de su memoria o hacer como si no la conociera o fuera una perfecta
extraña. Él la conocía tan bien como ella lo conocía a él.
Tenía
que verla de nuevo, de eso no había duda. Al menos sabía que podía encontrarla
en la facultad de Literatura, o en la de Arte, o como se llamara. Sabía dónde
encontrarla, y eso le bastaba.
El
sonido de su móvil lo sacó de su ensimismamiento. Era una llamada de Julia.
-Hola,
¿Jules? –contestó. Una voz femenina le contestó al otro lado de la línea,
visiblemente emocionada-. No, no creo que podamos vernos esta noche, tengo que
trabajar en unos proyectos y los chicos vendrán a la casa y bueno… Gracias,
Jules, pero no es necesario que vengas a cocinar para nosotros. Pediremos
pizza. Ok, bye, te quiero.
Ambos
colgaron a la vez, y Aaron dio un trago a su jugo de naranja. Obviamente, la
excusa del trabajo había funcionado. No existían tales proyectos de los cuales
hablaba. Tal vez sólo quería estar solo, pensando, o saldría a algún lugar.
Para ser honesto, no le apetecía ver a Julia hoy. No estaba de humor. No tenía
ganas.
De
repente se recordó de una amiga en común que tenían, llamada Emma. La última
vez que había mantenido contacto con Emma había sido más o menos hace cuatro
meses, y estaba seguro que Andrea seguía hablándole. Entonces, la buscó por
Facebook, y le pidió el número telefónico de Andrea. No quería sonar como un
interesado, así que, después de eso, platicó un poco más con ella sobre la
universidad, la vida, y el amor. Se enteró que estaba estudiando arquitectura
en otra universidad, que se había ido a vivir sola, y que no estaba saliendo
con nadie. Al terminar de hablar, Aaron estuvo cuestionándose una hora entera
(en lo que hacía la comida) en si sería correcto llamar a Andrea para ir a una
fiesta de la facultad, el próximo domingo. No le apetecía ir con Julia, y no
sabía por qué.
Al
final de cuentas, terminó llamando a Andrea, pero cuando ella respondió, él
colgó el teléfono de un solo golpe.
Estaba
bastante nervioso.
A
la mañana siguiente, volvió a marcar el número, y esta vez no colgó.
-¿Hola?
–contestó Andrea-.
-Eh,
¡hola! ¿Andrea?
-Sí,
¿Quién habla?
-Soy
Aaron… Emma me dio tu número.
-Oh…
vaya. Hola Aaron, ¿cómo estás?
-Yo
estoy… bien. Sí, bien. ¿Y tú?
-Bien,
gracias.
Hubo
un silencio incómodo entre los dos.
-¿A
qué debo el motivo de tu llamada, Aaron?
-Eh,
bueno, yo quería… ¿te puedo decir Andrea, como antes?
-Sí,
claro. ¿Por eso llamabas?
-¡No!
Yo… te llamaba para… preguntarte si quisieras, eh, no sé, ir a una fiesta de la
facultad conmigo.
-¿De
verdad?
-Sí,
Andrea. Es el siguiente sábado, de ocho de la noche a una de la mañana.
¿Vendrías?
-Eh,
claro Aaron. Gracias. Pero, ¿no tienes una novia a la que invitar?
-Pues…
sí, tengo novia, se llama Julia, pero no quiero que venga conmigo.
-¿Por
qué?
-No
lo sé, si te soy sincero. Oye, ¿tu novio no se pondrá celoso si sales conmigo?
Andrea
rió.
-¿Qué
novio, Aaron?
-Oh…
está bien.
-¿Cómo
iré vestida?
-Linda
–sonrió-. Eh, con un vestido corto, tacones, un pequeño bolso…
-Oh,
normal para ir a una fiesta, ¿no?
-Sí.
Entonces, te pasaré a traer a tu casa a las siete treinta, ¿te parece?
-Sí…
claro. ¿Sabes dónde vivo?
-No.
-¡Eso
me suponía! ¿Tienes dónde apuntar la dirección?
----------------------------------------------------------------
Jelou. :3 Les subo rapidito porque me van a cortar el internet. :( No hoy, tal vez, pero en estos días. :)
¡Las quiero!
-Ana A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario